LOS PILARES DE LA SOCIEDAD 1926
- CARLA HUAMANCUSI
- 16 dic 2017
- 3 Min. de lectura
George Grosz 1893-1959

Tras estudiar dibujo en Dresde y Berlín, Grosz se hizo conocido por su obra satírica antibélica. Pintó una famosa obra en la que un doctor del ejercito calificaba a un esqueleto como "apto para el combate".
En medio de la confusión posterior a la primera guerra mundial, Grosz trabajo junto a John Heartfield en la confección de unos carteles propagandísticos dadaistas. como pionero del fotomontaje, Grosz adoptó la técnica a la pintura: usó la acuarela y la tinta para atacar salvajemente la sociedad de la posguerra. Particularmente famosos son sus dibujos de 1921 titulados La cara de la clase gobernante.
Cuando Hitler fue elegido canciller de Alemania en 1933, George Grosz se exilió de inmediato del país. Todo lo que detestaba de la psique de muchos de sus compatriotas –el militarismo, la xenofobia y las ansias de poder- habían triunfado: los nazis habían llegado al poder. Los nazis, por su parte, habían tildado a Grosz de “bolchevique cultural numero uno”, en parte porque, tras unirse al Partido Comunista Alemán cuando se fundo en 1918, había militado políticamente bajo el seudónimo de Propaganda en el dadaísmo berlinés, pero, sobretodo, porque su arte les había quitado sistemáticamente su mascara de legitimidad.
Los pilares de la sociedad es una de las pinturas más persuasivas y abiertamente políticas de Grosz. Inicialmente se había centrado en los especuladores de guerra y en sus aliados políticos y en los lisiados en combate. Aquí, los “pilares de la sociedad” son los creadores de opinión alemanes, engañosos y corruptos, que condujeron enérgicamente el país hacia la guerra y hacia el conflicto civil. Grosz solía hacer esbozos rápidos de las caras y los gestos de la gente que le interesaba; dichos esbozos constituían una importante fuente de material para sus retratos satíricos. Detrás de los “pilares” representa un edificio en llamas, con unos trabajadores cargados con palas marchando hacia la izquierda política y con unos soldados nazis marchando hacia la derecha política. En la época en que fue producida esta pintura, Grosz había logrado un estilo gráfico que sobrepasaba la mera caricatura para convertirse en retrato satírico en al tradición de Hogharth y Goya.
Larry McGinity
PUNTOS DESTACADOS EN LA OBRA
CLÉRIGO: el sacerdote luce una amplia sonrisa; parece dar la bendición a lo que “los pilares de la sociedad” están a punto de desencadenar en Alemania. A Grosz le horrorizaba que los clérigos aprobaran un régimen que desobedecía abiertamente todos los principios del cristianismo.
LIDER POLITICO: Grosz satiriza a los lideres socialdemócratas por considerarlos los traidores y los sepultureros de la revolución socialdemocrática alemana de 1918. Pinta al político hinchado y con aspecto de borracho, con la cabeza llena de estiércol humeante en el lugar donde debería estar su cerebro.
NACIONALISTA: El ultranacionalista aparece representado con monóculos, con una esvástica en la corbata, un sable en una mano y una jarra de cerveza en la otra. Su cara exhibe una cicatriz de duelo fraternal, un emblema de su juventud prusiana. De su cabeza sale un jinete con la bandera nacionalista.
HOMBRE CON PERIÓDICO: El periodista ataviado de intelectual, aparece con una hoja de palma ensangrentada, un bolígrafo y unos periódicos en la mano. Grosz no deja lugar a dudas: el orinal que lleva en la cabeza muestra su opinión sobre los periodistas de la altas esferas.
Información tomada de: Farthing, S., (2010), Arte toda la historia, Barcelona: Editorial Blume.
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